Mareo empezado
Es difícil dar una metodología de como deberemos actuar cuando el mareo ya ha empezado navegando porque como siempre, dependerá en gran medida de cada persona y del grado y etapa del mareo en que se encuentra para decidir qué remedio es más aconsejable. Como norma general me gusta presentar al mareo como un enanito que crece y se hace fuerte en cuestión de minutos. Si cuando es pequeño actuamos rápidamente cuesta poco desprenderse de él, pero si cuando aparece no actuamos o intentamos disimular se hará grande y fuerte y al final, nos derrotará.
Por ejemplo y para la mayoría de la gente en un primer estadio del mareo, cuando éste levemente se insinúa, un remedio excelente es cederles la caña del timón para evitar que vaya a más el mareo . Otra vez el efecto sicológico que produce la atención necesaria para timonear reduce y hasta elimina esos primeros síntomas del mareo de ha empezado. Si hay varios mareados, podéis organizar rondas “rápidas” de timoneles.
Otra cosa es cuando al observar a la persona esta presenta ya cierta palidez en la cara y en la mayoría de los casos una mayor frecuencia de bostezos y o toses. Aquí tenemos ya un mareo más instaurado y deberemos valorar la opción de la caña comentada en el parágrafo anterior. Quizás será mejor aconsejarle que mantenga una actitud reposada en bañera y sobretodo la mirada fija en el horizonte. Un poco de agua fría en la nuca suele resultar milagrosa.
- Si el efecto no desaparece sino que va en aumento observaremos las más de las veces una excesiva sudoración acompañada de más bostezos y/o toses y una cierta apatía del afectado acompañada de una actitud ausente. El mareo claramente va a más. Llegados a este punto soy partidario de dejar escoger a cada persona el momento oportuno para abandonar la cubierta y descansar más cómodamente en algún camarote. Aunque la mayoría de los afectados se resisten a bajar por miedo a marearse más la verdad es al final estirarse en un camarote en posición supina (estirados cara arriba) con la cabeza un poco sujeta con almohadas y con los ojos cerrados acaba por hacer mucho más llevadera la situación. Y ya que estamos, acordaros de dejarles cerca un cubo o una bolsa, unas cuantas servilletas y un poco de agua o, a poder ser, una solución isotónica
- Unos últimos comentarios sobre cómo debemos actuar como tripulación en estos casos:
- En primer lugar, una persona mareada deberá llevar en cubierta un arnés de seguridad e ir enganchada a la línea de vida del barco. Uno de los mayores peligros del mareo es caer por la borda.
- Conforme el mareo hace acto de presencia en nuestra tripulación debemos empezar a administrar mejor nuestras capacidades. Por un lado atenderemos a los afectados, pero deberemos reestructurar las guardias y los trabajos y recordar que en cualquier caso lo prioritario es que el barco navegue de manera segura, cómoda y a poder ser, rápida.
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Y por cierto. Si eres de los que has pasado todo el temporal sin marearte, espérate un poco antes de reírte de tus compañeros. Todavía podría pasar que cuando desembarques sea la tierra que pises la que empiece a moverse como el mar. Si ese es tu caso, te presento al «mal de dé desembarque» también llamado Mal de tierra. Normalmente éste se produce después de horas de navegar con bastante mar y de acusar un cierto cansancio y lo peor que puedes hacer es ir a espacios cerrados, especialmente si son pequeños (tipo lavabos y/o duchas). Mejor primero te das un buen paseo por el puerto y dejas que te del aire. Si no se te pasa, la mejor opción: Volver a embarcar.
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